jueves, 16 de agosto de 2012

Monroyo un pueblo para vivirlo (1)

Un excelente artículo de la asociación Cultural Sucarrats.


Monroyo es un pequeño pueblo escondido entre un mar de pinos, carrascas y montañas, en la parte más alta de la comarca del Matarraña (Teruel). Se trata del núcleo de población  de la comarca situada a mayor altitud, a unos 857 metros, al abrigo de la Mola, una imponente masa rocosa de forma aplanada que constituye, junto con la torre del reloj que se erige en ella, su signo de identidad más característico. Su situación privilegiada lo convierten en un mirador excepcional del resto de la comarca y en la antesala de uno de los espacios naturales más bellos de la provincia: los Ports de Beseit (Puertos de Beceite).
La Plaza del Ayuntamiento Además del entorno natural de indiscutible valor y belleza, Monroyo también posee un casco urbano histórico y monumental. En los alrededores del pueblo se puede visitar el pozo conocido como Pou de la Vila, cuyo origen ha sido atribuido tradicionalmeEl Portal de Santo Domingo antes de su restauración en 1993, con la Mola al fondonte a los árabes. En lo alto de la Muela se pueden visitar los restos del antiguo castillo árabe, hoy casi totalmente desaparecido. Ya en el pueblo se pueden observar los restos de los cuatro portales que daban entrada al antiguo recinto enmurallado, de los cuales sólo queda en pie (gracias a una restauración) el Portal de Santo Domingo. Hay que destacar el conjunto monumental de la Plaza del Ayuntamiento y la Empedrada, la Iglesia y la Plaza de Josa, algunas casas nobles como la Casa del Marqués de Santa Coloma, la Casa Sastrón o el antiguo Hostal. Pero no acaba aquí la cosa, cualquier rincón de Monroyo aporta su belleza a un conjunto que, sin duda, merece la pena visitar. La calidad del jamón de Monroyo es reconocida a nivel estatal mediante la denominación de origen "Jamón de Teruel" Este entorno natural y urbano influye sobre la vida de nuestro pueblo y sobre la de sus 393 habitantes. En primer lugar, las principales actividades económicas de Monroyo se encuentran directamente relacionadas con el entorno: agricultura, ganadería ovina y porcina, explotación forestal de la madera y la trufa, caza, turismo, etc. En segundo lugar, condiciona la gastronomía típica del lugar, que se basa en los productos que ofrece la naturaleza: jamón y otos derivados del cerdo, trufa, miel de romero, leche de cabra y oveja, etc. Así pues, los platos más típicos del pueblo son el cordero, cabrito, conejo, ternasco al horno, pichones, etc., todos ellos escabechados o trufados. Además, destacan postres como la cuajada con miel, los mantecats, las casquetes y los almendrados.

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